Y esta vez vamos a hablar sobre la película peruana que está dando mucho de hablar. Y no iba a hacer para menos, si es la primera película peruana de terror rodada en falso documental.
A Dorian Fernández Moris siempre le ha gustado asustar a la gente. Era de esos chicos que se escondía detrás de una pared, y ¡pum!, aparecía de improviso y disfrutaba al ver las caras de susto de sus víctimas.
Y ese gustillo por atemorizar no se le ha quitado con la adultez. Es más, ahora pretende hacer lo mismo pero a otro nivel, ya que quiere hacer saltar de sus butacas a todos los que se animen a ver su primer largometraje, una película a la que el debutante director cinematográfico califica, sin sonrojarse un poquito, de ser la película de terror más escalofriante que se ha hecho en el cine peruano.
El pasado miércoles 9 de abril se estrenó el tráiler de 'Cementerio general' y, en un par de días, tuvo más de 11 mil visionados en su página de YouTube. Dorian Fernández –abogado, publicista y marketero– dice que el interés que ha despertado su película confirma lo que sus estudios de mercado ya le habían adelantado: que el cine de terror vende y se consume mucho en nuestro país.
“Las películas de terror atraen mucho público. Hay gente que va al cine a ver qué hay de nuevo en terror y se mete a las salas. Es una gran oportunidad”.
Y para aprovechar este fenómeno, el cineasta, nacido en Lima pero criado en Iquitos, apeló a uno de los tópicos más revisados en el cine de horror: la posesión demoniaca.
Aquí 2 Videos que muestran el rodaje de la película y la posible aparición de los espíritus en pleno rodaje:
El elenco principal de la película está integrado por los jóvenes Airam Galliani, Nico Ponce, el colombiano Jurgen Gómez y dos actrices debutantes oriundas de Iquitos: Diva Rivera y Flavia Trujillo. También participan Marisol Aguirre y la modelo/cantante Leslie Shaw.
El tráiler de la película deja ver que, al estilo de Actividad Paranormal, la saga española de terror REC o el Proyecto de la Bruja de Blair, predomina el uso de la cámara subjetiva y la visión nocturna, algo que el director considera también pionero en el cine peruano.
Para Fernández estos detalles técnicos, además del uso de la licencia Dolby Sound, la distribución encargada a UIP y la inversión de 250 mil dólares, apuntan a lograr una película que pueda fácilmente ser comercializada en el exterior, y que un espectador de Estados Unidos, Lima o Iquitos la vea sin ningún tipo de problemas.
Pero sobre todo, a lo que aspira Dorian Fernández es a entretener y asustar a la vez.
“Yo quiero que la gente se muera de miedo y cuando se vaya a su casa la recomiende a todo el mundo". Un pedido al que los espíritus, seguro, pondrán mucha atención.
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